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Periodismo Comprometido

LA ACTUACIÓN CIVIL EN EL PROCESO. LOS VAIVENES DEL NOMBRAMIENTO DE GERARDO CABEZUDO COMO INTENDENTE DE CAÑADA DE GOMEZ EN 1976. (Primera parte)

24 Marzo 2022, 17:04pm

Publicado por Mauricio Cocchiarella

La organización del poder

El 24 de marzo de 1976, los militares toman el poder en Argentina y frente a la caducidad de los mandatos democráticos, las Comunas e intendencias quedaron bajo el control de una nueva figura creada por la Intervención, los Comisionados Comunales Interinos (CCI). Según la normativa, estos cargos de carácter provisorio debían ser ocupados por los secretarios Administrativos. En Cañada de Gomez toma el poder el Teniente Coronel Cesar Alberto Morresi.

A partir de ese momento Morresi comienza a organizar a aquella pequeña ciudad del departamento Iriondo, pero necesitaba el apoyo de quienes conocían el movimiento del municipio. El abogado y militante Roberto Garín recuerda que:

“Morresi busca respaldo en algunas personas para que continúen administrativamente y políticamente la gestión. Había un funcionario de carrera que era de planta permanente que era el Dr. Luis Roberto Aimar que hasta ese momento había sido asesor directo y prácticamente integraba el gabinete sin tener la formalidad del cargo, hacia las tareas de un secretario de Gobierno de Albertengo, es con el primer hombre que se conecta Morresi y que colabora con él y además también en obras públicas estaba el Arquitecto Raúl Mascotti que también colabora con él y también le pide un tiempo para ordenar los papeles a quien era Secretario del Concejo Deliberante a Leopoldo Audano por poco tiempo (entre 45 a 60 días) pero cuando se retira Morresi premia el esfuerzo de este hombre por los servicios prestados a la dictadura”.

El mismo Luis Roberto Aimar cuenta cómo fue su historia dentro del municipio:

“Yo entré a la Municipalidad en el año 1965, yo hice parte de la escuela secundaria, estudiaba de noche y después empecé a viajar, trabajaba en la Municipalidad, hice la carrera de Abogacía viajando y trabajando, estando en el municipio me recibí de abogado, eso me permitió a mí que me vinieran a llamar de todos lados. Cuando en el año 1973 Albertengo asume la intendencia, a los seis meses se pelea con el Secretario de Gobierno que era Leopoldo Audano, el peronismo no tenía mucha gente y Albertengo me pone a trabajar a la par de él (me faltaban algunas materias para recibirme) e hice las veces de Secretario de Gobierno, de hecho, firmaba otra persona, pero yo en la práctica estuve sentado en el despacho del Secretario, tenía 27 años pero yo no era participante del peronismo directamente”.

 Esta última definición de Aimar fue determinante para lo que vendría después.

Como vimos anteriormente, los interventores militares no tenían expectativas de quedarse en ese cargo y su intención era dejar a alguien de confianza en ese lugar y que cumpliera con los atributos que rezaba en el decreto firmado por la nueva Junta Militar, es por eso que Garín recuerda:

“A Morresi no le importaba estar en Cañada y no tenía manejo de lo público, quería volverse a su destino y tenía que dejar el cargo pero previamente antes de dejar ese cargo, como su colaborador más directo había sido el Dr. Luis Aimar, él le plantea que tiene que ser su candidato a Intendente que era elegido por la dictadura militar, en consecuencia le dice “yo te voy a traer el título de Intendente y lo vamos a celebrar en Fray Luis Beltrán y también iba a participar de esa reunión el Arquitecto Raúl Mascotti que era Secretario de Obras Públicas, pero lamentablemente esto no sucede, se llevan una sorpresa porque le dicen no al Doctor Aimar”.

El mismo Aimar lo confirma diciendo que:

 “Es correcto que Morresi quería que yo fuera el Intendente, yo ya venía viendo que la cosa iba para ese lado y en setiembre me plantean el tema, habían analizado mis condiciones y qué clase de persona era yo, lo pensé y dije, siguiendo un poco el pensamiento de Perón que dice: “El tren pasa solo una vez” y yo siempre tuve espíritu de querer a Cañada, hacer cosas y demás, de mucha iniciativa y dije que si y lo que pasa es que se abortó”, ratificando que Morresi veía en él al candidato indicado para suceder al Albertengo.

El periodista local José Antonio Ramaciotti, testigo presencial de aquella época aporta un dato interesante que tiene que ver también con su labor y la de su diario “Estrella de la mañana” y en su libro “Derechos Inhumanos” recuerda:

 “…Morresi quería imponer a Cañada de Gómez, antes de irse, a un intendente de su confianza. Eligio a Luis Aimar, el abogado que había sido socio del diario poco tiempo atrás y comenzó a preparar su nombramiento como Intendente Municipal …”

También Aimar confirma este hecho diciendo que:

“En el año 1974, yo recién me había recibido y Ramaciotti estaba fundido y hacía seis meses que el diario no salía, nos juntamos con el abogado Santilli y Eduardo Navarro e hicimos una banca entre los tres, pusimos el dinero e hicimos salir el diario a la calle, en septiembre o noviembre del 74”.

A partir de esa amistad entre Ramaciotti y Aimar se empezó a tejer la presentación mediática entre los dos, así lo confirma el director del diario:

“Me enteré que Luis ya estaba nombrado Intendente por el Teniente Coronel y que viajaba al día siguiente a Santa Fe a hacer firmar el nombramiento, por lo que publiqué a título desastre la noticia en primera plana del diario”.

El matutino cañadense “Estrella de la mañana” en su edición del 2 de setiembre de 1976 tiene como titular en la parte superior de la tapa: “Sería nombrado Intendente el Dr. LUIS AIMAR” y en el interior del diario el título “El Dr. Aimar sería el nuevo Intendente” acompañado de un pequeño texto a dos columnas de unos veintiséis renglones que dice: “Trascendió el nombramiento del Dr. Luis Aimar, actual Secretario del Teniente Coronel Morresi en la Intendencia Municipal como Intendente de Cañada de Gómez. Habría trascendido que efectuó un viaje a Santa Fe a buscar nal (sic). Es un profesional joven, que ofrece como garantía en su función una larga experiencia en el manejo municipal ya que fue colaborador del Dr. Albertengo en el anterior gobierno, continuando como secretario de las nuevas autoridades, luego del cambio de marzo. Estimamos que el Dr. Aimar está capacitado para realizar una buena labor a cargo de la Intendencia Municipal. Y de paso se da cabida a gente joven en el manejo de la ciudad, cosa con la que siempre hemos estado consustanciados”. Se desprende de esto que Ramaciotti le hace una devolución de gentilezas a Aimar por su ayuda en el diario, destaca su juventud, lo ve como una garantía por su experiencia en el municipio.

La designación

Sin embargo, la historia sería diferente, varios días después de la publicación, un decreto firmado por el gobernador de la provincia pone al frente de la intendencia de Cañada de Gómez a otra persona, lejos de lo que pretendía Morresi. El documento que lleva el numero 2855 firmado el 15 de setiembre de 1976 (13 días después de la publicación de Estrella) dice: “Nombrase INTENDENTE MUNICIPAL de la ciudad de CAÑADA DE GOMEZ, Departamento Iriondo, al señor GERARDO FRANCISCO CARLOS CABEZUDO (Clase 1921 – L.E. nº 2.302.894), quien tendrá los deberes, atribuciones y ejercitará las facultades que expresamente confiere el Decreto nº 743/76”.

Seguramente tanto para Morresi como para Aimar este cambio fue una sorpresa y además un desconcierto de lo que había sucedido, así lo confiesa Aimar:

“Morresi nunca me dijo que pasó en realidad porque cuando fue a Santa Fe para lograr que se firme el decreto de designación, allá le dicen que como yo tenía antecedentes de persona de izquierda, aparentemente hubo gente de cañada que fue a Santa Fe más rápido. Un miércoles sale la versión en Cañada que iba a ser designado Intendente y aparentemente gente de ciertos partidos políticos de acá fue a la capital de la provincia a plantear que no era la persona indicada para esa función. Hay gente que me dice que me boicotearon sectores del poder económico, a lo mejor estaba la versión de que yo era la continuidad de Albertengo. Después y una vez que asume Cabezudo me designa Secretario de Gobierno. Yo tengo idea de quien podría haber sido, pero tampoco puedo hablar porque me voy a meter en problemas y no tengo seguridad sobre eso, más de una persona me dijo “pasó tal cosa”. El diario Estrella del 2 de setiembre de 1976 fue el detonante de la frustración”.

En esta declaración Aimar da varios puntos de análisis, su afiliación a la izquierda y su cercanía con Albertengo, pero lo cierto es que no se quiso meter en problemas preguntando, esto nos delata el poderío de las personas que impusieron a Cabezudo.

El abogado y militante Roberto Garín tiene una versión muy parecida sobre los hechos y dice que a Aimar:

“Lo vetan las Fuerzas Armadas Represivas de Santa Fe para no ser intendente porque había tenido la desgracia de que en el proceso anterior democrático del 73 había sido adherente o simpatizante del Frente de Izquierda Popular que había llevado como candidato a presidente en las elecciones de marzo de 1973 a Jorge Abelardo Ramos y que en Cañada de Gómez había tenido una lista local con una candidata a Intendente que era Nélida Maurelli y que llevaba en la lista a Aníbal “El flaco” Córdoba. Esa sola mención le significó que haya sido rechazado, pero sí negocia Morresi con el futuro Intendente la designación y la imposición de Aimar como Secretario de Gobierno”.

En este caso Garín apoya la versión de la asociación con la izquierda del protegido de Morresi y así lo confirma el mismo Aimar:

 “Yo simpatizaba con los sectores del Frente de Izquierda Popular de Jorge Abelardo ramos, pero nunca estuve afiliado al partido. Cuando llega el golpe de estado, las autoridades políticas se retiran todas y yo como empleado municipal seguí cumpliendo funciones y como era el más conocedor del manejo de la Municipalidad seguí cumpliendo las mismas funciones”.

Pero, ¿Qué pasó?, ¿Quiénes fueron los movilizados que fueron a Santa Fe y le ganaron de mano a Morresi? ¿Por qué?, ¿Con que intenciones? Las hipótesis son muy parecidas y apuntan en un solo lugar y a unas pocas personas, Garín recuerda:

“Ante esta situación se movilizan las llamadas fuerzas vivas de la ciudad, cuyo centro de decisión estaba en la cabeza de los dirigentes del Centro Comercial Industrial y Rural que abarcaba a la totalidad de los comerciantes, industriales y productores rurales pero que primordialmente el mayor peso lo tenía por la mayor cantidad de empresas que era Ricardo Cónsul Romegialli que era Director General de “Helvética”, imponen la candidatura de Gerardo Cabezudo que  había sido intendente ya en el 58 en un gobierno medianamente constitucional que había llegado a través de elecciones que no habían sido libres y que habían tenido proscripciones porque el Intendente en ese momento era designado por el Gobernador de ese entonces Carlos Sylvestre Begnis (a partir del 62 lo elige el pueblo) entonces tenía ese antecedente y además también miembro del Centro Económico porque era uno de los ejecutivos de la casa de ramos generales Casa Vázquez”.

En tanto, Ramaciotti lo atribuye también a una reacción de la sociedad cañadense en su conjunto:

“que veía a Luis (Aimar) muy comprometido con ese Teniente Coronel que nadie quería, y que era casi una mala palabra ya en la ciudad. Y así fue que hubo telegramas y visitas de urgencia a Santa Fe, donde en la Dirección de Comunas se recibieron importantes presiones en contra del nombramiento sugerido por Morresi. Viajaron empresarios a Santa Fe, entre ellos Valentín Terradez y otros. Consecuencia: el teniente coronel cuando se apareció en Santa fe, en la dirección de Comunas con el decreto del nombramiento de Luis como Intendente de Cañada de Gómez, no lo dejaron ni hablar. La gente enterada de su maniobra fue y pidió otro Intendente. Así que a Morresi le rechazaron el candidato…”.

Ramaciotti habla de la gente, lo que no aclara es si es la gente común o los empresarios en general nucleados en el Centro Económico como lo argumenta Garín.

 

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